Las baterías de los smartphones, aunque han mejorado su autonomía, siguen siendo el punto débil de los dispositivos que cada día llegan más potentes y con mayores especificaciones. Sin embargo, los cristales de vanadio podría ser la gran solución.
La propuesta es del ETH de Zurich y el proceso consiste en reemplazar los cátodos que se usan en las baterías de litio, por unos que sean basados en este compuesto de vanadio con borato de litio, lo que finalmente forma una estructura cristalina. Un proceso que aseguran es económico y fácil.
Ahora, en cuanto a las ventajas de reemplazar estos cátodos por la mezcla de vanadio con borato de litio, está el hecho de que permitirán almacenar cargas eléctricas de forma más estable y aportando con baterías que podrían recibir el doble de carga.
Finalmente, no todo lo que brilla es oro, porque aunque esto sí lo es, será recién en unos diez años más, tiempo estimado para que se logre un producto concreto y comercial.
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